Lugares cargados de magia

No sé si alguno de vosotros ha visitado lugares que, de una forma absolutamente indescriptible, transmiten por sí solos todo tipo de sensaciones… (a mí me ocurre con uno, pero creo que si algún día voy a alguno de los siguientes, ampliaré la lista).

El avión enterrado

Enterrados en más de un metro de arena, los restos de este viejo avión bimotor descansan en la playa mexicana de La Ventanilla, a unos 264 kilómetros al sur de Oaxaca. La visión es una mezcla entre la serie “Perdidos” y el angustioso final de “El Planeta de los Simios”. El avión fue abandonado aquí por un grupo de narcotraficantes, dicen las gentes del lugar que hicieron un aterrizaje forzoso y se vieron obligados a salir por piernas. El avión quedó entonces semienterrado en la playa, sometido a los embates de las olas y a la curiosidad de algún que otro viajero.

Sobre el destino del cargamento, corren distintas versiones. Algunos lugareños aseguran que la economía del lugar floreció sorprendentemente durante algunos meses. Otra versión de la historia (tal vez sobre este avión, quizá sobre algún otro) asegura que los muchachos del pueblo arramplaron con los misteriosos paquetes de polvo blanco que contenía el avión y lo utilizaron para pintar las líneas de la cancha de béisbol. Se dice que el equipo local, Los Relámpagos, jugaron a partir de entonces como auténticas centellas.

Sinceramente, dudo mucho que estas dos versiones sobre el destino del cargamento sean ciertas, muchas veces se hacen este tipo de cuentos para atraer el morbo de los turistas. Aún así, no por ello deja de ser un lugar cargado de magia y misterio…

El Gigante Oxidado

Pincha y flipaHasta hace unos meses, los huesos del gigantesco submarino alemán U534 descansaban en el puerto de Liverpool. Ahora, las autoridades han decidido cerrar el antiguo museo de Merseyside y construir pisos de lujo. El submarino ha sido trasladado a un solar donde permanece de manera provisional. Muy pronto, a pesar de las protestas, será devuelto a su propietario danés.

El U534 es el único submarino alemán recuperado después de haber sido hundido por los aliados. Su solitario casco ha permanecido en el puerto durante años como una enorme ballena fuera del agua, el entorno de fábricas le daba un aire aún más fantasmal.

El viejo gigante fue recuperado del fondo del mar en 1993. Un submarinista danés lo había encontrado e identificado años antes al norte de la isla de Anholt. Cuando lo sacaron a la superficie, después de 48 años bajo el agua, su casco, aunque oxidado, estaba casi intacto.

En la mañana del 5 de mayo de 1945, el U534 fue interceptado por un escuadrón de la RAF mientras se dirigía a aguas de Noruega. Después de ser alcanzado, su estructura se hundió tan lentamente que 47 de sus 52 tripulantes pudieron salvar la vida. El resto quedaron atrapados en la sala de torpedos.

El U534 era uno de los modelos más viejos del ejército alemán, un submarino de la clase IXC/40, poco maniobrable pero con una autonomía de unas 16.800 millas. Tenía problemas de condensación y el olor en su interior, al cabo de varias jornadas, se hacía insoportable.

Pocos meses después de ser reflotado y conducido a Liverpool, uno de sus antiguos tripulantes, un anciano superviviente del ejército alemán, entró en el interior del submarino en busca de sus recuerdos. Según contó, sus cosas estaban tal y como él las había dejado aquella mañana de 1945.

El aeropuerto de Austin

El aeropuerto de Mueller, en Austin (Texas), fue hasta el año 1999 el mayor aeropuerto de la ciudad. Hoy en día, siete años después de su abandono, aún se puede pasear entre sus enigmáticas y desconcertantes ruinas.

El Faro de Arena

El faro de Rubjerg Knude fue construido en 1899 en lo alto de una colina, a unos 60 metros sobre el nivel del mar. Los barcos detectaban su luz desde una distancia de unos cuarenta kilómetros.

Las tormentas de arena fueron acosando el faro, hasta tal punto que en 1968 su luz dejó de ser visible. El faro funcionó como museo hasta 2002, año en que la duna terminó de sepultarlo.

American Star

El 18 de enero de 1994, el gigantesco trasatlántico “American Star” – el que un día fuera el mayor barco de pasajeros de la flota estadounidense – se cruzó con una fuerte tormenta a su paso por Fuerteventura y quedó encallado frente a la playa de Garcey. En pocas horas, las olas partieron la estructura del casco y arrastraron el buque hasta las costas occidentales de la isla.

Hoy día, después de doce años, el gigantesco derrelicto sigue siendo un foco de atracción para turistas y curiosos, que se acercan después de atravesar largos caminos polvorientos. Desgraciadamente, el barco se ha cobrado la vida de varias personas que intentaban explorar sus entrañas, lo que ha provocado que algunos lugareños se refieran a él como “el barco fantasma”

Uno de los episodios más llamativos del naufragio fue el “pillaje” que se desató en las semanas posteriores. Por lo visto, aún hoy día se pueden encontrar partes del “American Star” por toda la isla de Fuerteventura. Una cafetería de Puerto del Rosario, por ejemplo, fue decorada completamente con objetos salidos del barco, un particular de Antigua conserva dos de sus pianos y un artesano de Triquivijate se quedó con la silla giratoria del primer oficial.

La historia del “American Star” se remonta a 1939, cuando comenzó su navegación botado por la mismísima Eleanor Roosevelt. El “SS America” – su primer nombre – era el mayor trasatlántico norteamericano y su longitud era inferior a la del Titanic por apenas 48 metros. Durante sus cincuenta años de vida, el American Star fue pintado, remodelado y bautizado con distintos nombres e incluso llegó a servir al Ejército con el nombre de “U.S.S. Westpoint” en la IIGM.
Pincha para ver el American Star en Google Maps

Vía fogonazos, realmente, el blog con las historias mas increíbles que puedas encontrar…